Pasar al contenido principal

LOS «BARCOS DRAGÓN» DE INEOS. UN GASEODUCTO COMPLETAMENTE NUEVO.

DragonShip_sml.jpg

La historia de uno de los proyectos más ambiciosos jamás concebidos

El descubrimiento del gas de esquisto transformó la economía estadounidense. INEOS aprovechó esta oportunidad para revitalizar la fabricación británica y mantener a flote la maltrecha industria química europea.

A INEOS se le ocurrió transportar gas desde Estados Unidos a través del Atlántico como un primer paso para fomentar en Europa la creación de una industria propia del gas de esquisto. Una apuesta realmente arriesgada.

La idea era construir un gasoducto de casi 500 kilómetros desde los campos de esquisto de Pennsylvania hasta un puerto abandonado en la costa atlántica. Allí se rehabilitaría una enorme terminal de aguas profundas para alojar en ella una flota de buques capaces de transportar por el Atlántico 40.000 barriles diarios de etano destinados a impulsar las operaciones de INEOS en Europa. Este etano se usaría como materia prima en los procesos de fabricación. 

Aunque la tecnología para transportar etano a esta escala aún no se había inventado, INEOS invirtió cuatro años en hacer realidad su idea.

INEOS firmó un acuerdo de colaboración con la empresa danesa de transporte de gas Evergas para fabricar un nuevo tipo de barco, rediseñado desde la quilla. El barco de transporte de gas más grande, avanzado y flexible del mundo, dotado de la capacidad de propulsarse con el etano que transportaba, era toda una primicia mundial en materia de eficiencia energética.

Hasta la fecha se han construido en Shanghái ocho de estos buques, llamados barcos «dragón» en honor al símbolo de su lugar de nacimiento.